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El queso de cabrales es una de las joyas más preciadas de la gastronomía asturiana. El queso de cabrales es uno de los más distinguidos quesos azules a nivel Europeo. Elaborado con tres tipos de leche, cabra, vaca y oveja junto  con el proceso de maduración, todo ello le confiere a este manjar unas características únicas.

Un majar para degustar con calma

 

En el proceso de maduración que se lleva a cabo, se junta la tradición de los años con el saber hacer de las nuevas generaciones. La humedad y las condiciones únicas que se dan en las grutas para su maduración son irrepetibles en cualquier otra parte del mundo.

Estas circunstancias propician la aparición del hongo que le da esa veta azul y verde distintivo de este manjar.

En su parte exterior el queso de cabrales está recubierto de una corteza de color grisáceo. En su parte exterior la masa es más cremosa de un color lechosos salpicado con el azul y verde, colores resultantes del hongo “penicilium”

Otra de las características más llamativas de este producto es su olor, un buen queso de cabrales tiene que entrarte por el olfato, un olor característico que al mismo tiempo es inconfundible.

Una de las  formas en las formas en las que se puede degustar el queso de cabrales es simplemente con una rebanada de pan. Al probar el cabrales podrás distinguir los múltiples matices del queso, en gran parte como resultado del proceso de maduración. Desde la propia textura al sabor y por supuesto al olor.

Venir a Asturias y no probar este producto, es dejar de saborear mucho de la cultura y tradición asturiana. Al ser uno de nuestros productos más tradicionales así como identificativos de la gastronomía asturiana.

queso de cabrales